Las
maniobras fraudulentas pergeñadas entre el gobierno de Mauricio Macri, a través
del Ministerio de Justicia y Seguridad que dirige Guillermo Montenegro, y
operadores políticos de los intendentes de Tigre (Sergio Massa) y Malvinas
Argentinas (Jesús Cariglino), anunciadas por MerloGBA hace un mes, conocieron
la luz pública a través de la difusión en el Boletín Oficial de la Ciudad de
Buenos Aires (bajo el número Nº 4216 del 15 de agosto) de los contratos que
vinculan al gobierno porteño con Gustavo "Mochila" Menéndez, el
precandidato a concejal en Merlo por el Frente Renovador de Sergio Massa.
Se
desentraña de esta manera una madeja política que deja a la intemperie una
extraña configuración de construcción de la "nueva política", que
pregonan. En los hechos, confirmados por la Agencia Gubernamental
de Control (AGC) del gobierno de Macri, el autopostulante presidenciable 2015
financia a los operadores del sonriente socio Sergio Massa y del inefable Don
Jesús Cariglino.
Una mezcla
rara que destila desconfianza y oscuras premoniciones, alianzas de un día con
final anunciado, y reminiscencias de un pasado reciente que, no sería justo,
vuelva a azotar estas pampas.
La
filtración que quedó en la pared del ministro Montenegro tras la delictiva
contratación triangular con la Universidad Nacional de Tres de Febrero y los
famosos policías truchos de "Fino" Palacios, fue la grieta necesaria
por donde nuevos contratos se estamparon, montados sobre estructuras legales,
es cierto, pero también inmorales y socialmente condenables.
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